Uff... dos entradas, en un día, no creo que pueda mantener el ritmo, ahora escribo mucho, porque "es la novedad del blog", seguramente cuando pase un tiempo no escriba tanto, quizá sólo los fines de semana o cuando me sienta "refelxionista" o melancólico, pero bueno, para eso he hecho un blog, para poner lo que me de la gana y cuando me dé la gana. Bueno, ahora ¿que tal si empezamos con un tema clásico? "El hambre en el mundo". Sí, eso que siempre dicen las madres: "Niño, comete las lentejas, piensa en la cantidad de niños que se están muriendo de hambre ahora mismo" Y tú piensas: "¿Qué más me da?" Es un tema importante, mi opinión sobre él es que seguro que hay un montón de gente pobre, muriéndose de hambre, pero ¿qué hacemos nosotros? ¿Dar dinero a las iglesias o las ONGs? Eso ya está muy visto, además "Mamá, si sabes que siempre lo dejo, ¿para que lo haces?"... ¿De verdad ese dinero irá a Nepal o a Marruecos? A parte, ahora mismo, sólo somos "adolescentes en celo", ya tenemos suficiente con nuestros problemas para que ahora nos encasquillen el hambre de África, haciéndonos sentir culpables de odiar las lentejas. Problemas como, los estudios del instituto, tomar decisiones adecuadas, y elegir bien las amistades, poder confiar en las personas de alrededor sin temor a ser engañado, y mentalizarse, como poder querer y desarrollar tu poca autoestima en estos momentos,. Que parece poco, pero es de una complicación mucho más difícil que las ecuaciones de tercer grado, o problemas con raíces cúbicas. Mucho más. Y después de todo lo dicho y lo escrito, tu madre sigue preocupándose del hambre en el mundo.
"Mamá, no puedo más"
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