sábado, 21 de mayo de 2011

Desde dentro

Me he parado a pensar. A pensar en tantas cosas, que ocurren y que apenas nos percatamos de ellas. Pequeños detalles, que hacen de la nuestra, una vida distinta, personas que cuidan de nosotros, que se preocupan, siempre vigilando desde las sombras, protegiéndonos del mal que nos acecha y deseándonos su mejor suerte. El simple llanto de un niño, o la fugaz sonrisa de un amante, es simplemente algo que consideramos usual, nada fuera de lo normal. Pero, detrás de cada pequeño gesto existe una historia, esperando a ser contada, algo mágico, pero sin embargo tan efímero. Todo aquí es fugaz, se va, se pierde, se gasta, se acaba. Nada más allá que la propia vida, también finaliza, en la espera final, incierta, dándole la muerte al día en una triste agonía. La ausencia, te atrapa más y más, y no hay vuelta atrás. Es en estos momentos, cuando creces, y terminas de comprender que la vida no es nada bella, lo asimilas, y que cada día puede ser el último. A medida que el tiempo pasa, aprendes a sentir, todo a tu alrededor, a decidir, y a darte cuenta de lo que posees, decidir lo que serás y descubrir lo que te falta. Nadie decide por tí, nadie te cubrirá. Pero no temas, no estás sola, no del todo. Déjame quedarme contigo, ahora tan frío, estaré a tu lado. Te sofoca, pero deshecha todo lo demás, y decide tus pasos al andar.
No llores más. No te consumas no merece la pena, aún te queda tu vida, y la de las demás personas que te aman casi tanto como ella. No tengas miedo, el miedo sólo hará que veas el cielo como un agujero negro. No puedo deshacerlo, no puedo hacer nada que no esté en mi mano, sólo sueña. Y despierta, estaré aquí cuando me necesites. En una existencia tan frágil cómo la de esta entrada.

Coje tus alas y a volar, porque tú eres más fuerte que nada de lo que pueda venir.




viernes, 6 de mayo de 2011

Culpable


Otro días más que comienza, para malgastar mi vida en mi desgracia, desgastando la piel que tan poco ha sufrido. No inúltimente escapando a algún lugar, pero vuelves a aparecer, no hay salida. Intento vivir mi vida, a mi manera, pero en mi camino estás tú. No lo ignores, déjame ordenarte eso, yo no lo haré. No trates de combatirlo y lidia con ello, es sólo una parte de esto. No trates de quebrarme, pues ya lo consigo hacer yo, poco a poco. Puesto bajo la presión de seguir al amor dependiente, estoy enferme de sentir, y no hay nada que puedas decir. Me sofoco ¿puedes decirme que pasa? ¿Puedes decirme lo que me pasa?. Despiértame, despiértame cuando todo esto termine, porque no quiero creer más allá de lo que pueda ver. ¿El que calla otorga? A estas alturas prefiero estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar todas las dudas. Porque cada paso que doy es otro error para tí, y cada segundo que pierdo es mucho más de lo que puedo aguantar. Me he vuelto un insensible, ya ni te siento como antes, concienciándome mucho más de que me he convertido en esto que odio. Pero ¿acaso hay otra salida?. Me las arreglé para llegar tan lejos, pero ahora me estoy rindiendo, y cada vez más, profundamente me desangro, en una lucha interna, porque soy mi peor enemigo, al que deseo aniquilar a toda costa. Soy yo el eslabón más débil, y tú, no eres más que una mitad de mi vida, vida que no vale demasiado. Ira y rabia siento, tristeza y melancolía tal vez. ¿Te gusta esta sensación? ¿En serio quieres acabar con esto?, ¿cerrar ese metafórico álbum para siempre?. Mentiría si te dijera que yo también, quizá todo sería más sencillo si todo se hiciera en un pis pas, seguiré igual de ciego mientras camine solo. Siendo mi sombra la única que camine junto a mí, y mi superficial corazón la única cosa que lata. Fingiendo, y pidiendo perdón por las esquinas como un sucio engendro, porque en el final, nada importa.
Decidiste ser la culpable de ver como las flores se secaban esta vez, pero dejaré la hoguera, que mantendré encendida por si quieres venir, antes de que totalmente termine por consumirse.