Tres anillos, un abrazo y una canción...

Otra vez, y otra, y otra más, venga, ¿podré caer más bajo? Eso ya no lo sé, puede que sí, puede que no, pero no es cuestión de provar. De todas maneras no esperaba otra reacción, según mucha gente, soy patético y estoy loco. Lo he comentado anteriormente, ella en teoría me dio su cariño y su apoyo, pero cada vez se distanció más, más, más y más. Podría haberme quedado callado y hubiéramos seguido en la distancia, pero quién me sigue sabe que a mí me gusta reivindicar, y no iba a seguir aguantando, por muy tímido que fuera. Después de esto pienso que tal vez hubiera sido mejor no decir nada sabiendo que tarde o temprano ella tomaría las riendas, porque ahora se ha ido, que a lo mejor vuelve, a lo mejor... Pero debo decir que sí, fui culpable de soñar, de jugar a ser mejor, de rozar la libertad. Le pedí al tiempo que parara mi reloj y el rogué al mundo que curara su traición. Pero no fue suficiente. Sólo podía soñar e imaginar, ya que yo no era lo suficientemente bueno para ella, o ella no lo era para mí. No soy capaz de conservar en mi memoria las palabras que me dijo, éstas vuelan por intentar y conseguir ese tiempo que me falta y con ello la esperanza. Quiero saber cual fue mi error, y si aun me queda algo que pueda hacer para sentirme capaz de soportar el peso de la cruz que llevaré. Al principio parecía bonito, pero por desgracia todo lo bueno se acaba. Quisiera acabar y ver el final, pues debo decirte que no me rendiré jamás. Buscando conexión entre tu mirada y tu dilema estoy yo ¿cómo no?, todo desemboca y tu gran problema soy yo, aunque cambie de color. Y quiero decirte que éstas de odio vienen de un sitio más lejano que mi cabeza. Paciencia no me queda ya, ni ganas de sopesar ni el bien, ni el mal. Siempre tendré aquí esta brecha que sólo tú podrás curar. Trataré de olvidarla pero nunca podré borrarla. Una parte de mí siempre te querrá, pero el resto de mi ser, se convertirá en una persona fría y egocéntrica...