Me he parado a pensar. A pensar en tantas cosas, que ocurren y que apenas nos percatamos de ellas. Pequeños detalles, que hacen de la nuestra, una vida distinta, personas que cuidan de nosotros, que se preocupan, siempre vigilando desde las sombras, protegiéndonos del mal que nos acecha y deseándonos su mejor suerte. El simple llanto de un niño, o la fugaz sonrisa de un amante, es simplemente algo que consideramos usual, nada fuera de lo normal. Pero, detrás de cada pequeño gesto existe una historia, esperando a ser contada, algo mágico, pero sin embargo tan efímero. Todo aquí es fugaz, se va, se pierde, se gasta, se acaba. Nada más allá que la propia vida, también finaliza, en la espera final, incierta, dándole la muerte al día en una triste agonía. La ausencia, te atrapa más y más, y no hay vuelta atrás. Es en estos momentos, cuando creces, y terminas de comprender que la vida no es nada bella, lo asimilas, y que cada día puede ser el último. A medida que el tiempo pasa, aprendes a sentir, todo a tu alrededor, a decidir, y a darte cuenta de lo que posees, decidir lo que serás y descubrir lo que te falta. Nadie decide por tí, nadie te cubrirá. Pero no temas, no estás sola, no del todo. Déjame quedarme contigo, ahora tan frío, estaré a tu lado. Te sofoca, pero deshecha todo lo demás, y decide tus pasos al andar.
No llores más. No te consumas no merece la pena, aún te queda tu vida, y la de las demás personas que te aman casi tanto como ella. No tengas miedo, el miedo sólo hará que veas el cielo como un agujero negro. No puedo deshacerlo, no puedo hacer nada que no esté en mi mano, sólo sueña. Y despierta, estaré aquí cuando me necesites. En una existencia tan frágil cómo la de esta entrada.
Coje tus alas y a volar, porque tú eres más fuerte que nada de lo que pueda venir.
Me gusta tu blog:)!
ResponderEliminarTe siigo!:D
pasate por el mio ;D
http://coupedefoudre-tequiero.blogspot.com/
un besiito