miércoles, 1 de junio de 2011

Recuérdame

Creía que no tendría fuerzas, pero en realidad, no puedo dejar este espacio sin una pequeña reseña, por tonta que parezca. No paran de suceder cosas, y ahora esto. Es tan simple como la mecha de una vela se consume, una rosa que se marchita, una vida que se termina... Te recordaré, desde lo más profundo de mi ser, por siempre y para siempre. Fuiste un segundo padre para mí, nada de lo que me pueda arrepentir, tan especial, y tan simple, has marcado una etapa de mi vida, que nadie, nunca, nunca podrá borrar. Te alegraría saber que manejo el ordenador con soltura, y que ya puedo escribir sin ni siquiera mirar las teclas. Aunque no me ha dado tiempo a encontrar a alguien tan especial como para presentarte formalmente, siempre quisiste verme con alguien especial a mi lado, impaciente por verme sonreír. Ahora estarás mucho mejor, lo sé, y dónde quiera que estes, sé que me estarás observando, lo espero, como siempre has cuidado de mí. En un lugar, donde el sol siempre brillará por tí, haciéndote reír, como en mis recuerdos más profundos y plenos, y en tus mejores chistes, donde la sombra no tenía lugar. En las tardes de verano, cuando mi espíritu aventurero aún tenía fuerza, en aquellos largos paseos, mirando los caballos, y enseñándome que se puede ver mas allá. Donde siempre estuvimos juntos, como el mayor tesoro, que con los años se fue marchitando, hasta que finalmente acabó por morir. Te recordaré, siempre, y haré que estes orgulloso de mí, y seré el más fuerte. Lo haré, aunque tú no puedas verme, yo te sentiré, como siempre lo hice.
Te quiero Abuelo.

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